
La Editorial Universitaria de Río Cuarto (UniRío Editora) presentó una interesante investigación de Ginés De Gea sobre El ganado lanar en la Argentina.
De este trabajo se desprende que la oveja es un animal de extraordinaria rusticidad, sobriedad, mansedumbre y adaptación al medio, que le provee al hombre lana, carne, cueros, leche y pieles. Sus características la hacen ideal para prosperar en suelos poco aptos par la explotación agrícola o vacuna, convirtiéndose en una alternativa productiva que permite optimizar la utilización del recurso suelo.
Ante una misma pastura, es capaz de obtener una dieta de mayor digestibilidad que el vacuno. Su cría y expansión en zonas marginales, además de la enorme importancia geoestratégica que tiene, la han convertido en la única herramienta apta para producir. Si bien, en comparación con otras explotaciones, las prácticas de su manejo adecuado requieren mayor empleo de mano de obra, los ingresos económicos que aporta por lana, corderos, leche, cueros o pieles, a lo largo de su ciclo productivo, hacen que retorne el capital invertido en el término de un año.
Nuestro país le debe un importante reconocimiento al ganado lanar. La Argentina trascendió las fronteras agropecuarias de la mano de la oveja, que en el siglo XIX y durante mas de 50 años, la ubicó como uno de los principales países productores y exportadores de lana del mundo. Muchas de las grandes fortunas agropecuarias de entonces, se hicieron bajo su impulso. Desgraciadamente, la memoria colectiva ha ignorado esta circunstancia, a punto tal que su explotacion, cuando los margenes no rendían lo pretendido, fue por muchos subestimada. Hoy, afortunadamente, la producción ovina se encuentra frente a un nuevo y auspicioso escenario.
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